Durante
todo el embarazo, mi hija y su marido (indecisos ellos), no quisieron
decirnos el nombre que le iban a poner al pequeño cuando naciera. Por
fin, en julio, se decidieron, y a raíz de saberlo nació este poema y
también la dedicatoria que lo encabeza.
Que llegue con bien.
“Para quien ya tiene nombre”
Nacerás en septiembre
Llegarás cuando agosto se despoje de días
y las noches se alarguen,
y concluyan los plazos de grávida esperanza,
de fruto sazonado.
Nacerás cuando seas alegre realidad, dulce ternura,
maravillosa luz en unos brazos
que anhelan desde siempre tu presencia
como se anhela aquello que soñamos,
como se sueña,
una ilusión nacida del deseo
que en el amor se forja y se concreta.
Hallarás en tus padres
el receptivo afecto de quien sabe que colmarás su gozo,
que vienes a llenar el hueco grato
de una emoción intacta y compartida, un sentimiento,
que aflora en su mirada y en su ánimo
cuando mueves,
en la amniótica bolsa donde sueñas,
tu cuerpo receptivo e inocente
al pulso de una voz o de unas manos, al trino de la música.
Serás consuelo, fe, inspiración, refugio,
motivo de unidad, lugar de convivencia.
Unos ojos abiertos al mañana.
Una sonrisa franca alumbrando los días.
Una razón perfecta para sentirse vivo, y luchar, y llevarte
a diario por sendas de cariño y firmeza.
Quizá bajo tu brazo traigas pan de futuro,
o sensaciones nuevas,
o tan sólo dulzuras con cruz de realidades:
Insomnio, dependencias, inquietudes, trabajo.
Pero quiero decirte, que sea como sea,
encontrarás afecto, ilusionadas manos, una vida esperándote,
y un hogar que es el tuyo.
Y aunque no te conozca, porque tú no has nacido,
sí conozco tu nombre y comienzo a quererte.
Nacerás en septiembre.
Te llamarás, Valero.
Mario Martínez
Por llevarme la contraria, mi nieto decidió nacer el primero de septiembre. Así que he decidido -por si alguna vez lee el poema- cambiar el mes sin variar para nada los versos.
Supongo que Valero ya acompañará vuestros días y será la felicidad de todos. Un abrazo, amigo Mario, y enhorabuena a toda la familia, pero -sobre todo- a la madre y al padre.
ResponderEliminarSalud.
Julio Glez. Alonso