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Teo Basterra





BIOGRAFIA

Nace el 7 de febrero de 1961 en Bilbao, es diplomado en Psicología por la UNED, aunque también ha estudiado Bellas Artes en la Universidad del País Vasco y Diseño y Fotografía en la Escuela de Artes y Oficios de Corella. Ha vivido en varias localidades de Navarra, como Pamplona y San Adrián, y reside en la actualidad en Alfaro (La Rioja).

Miembro fundador de la Asociación Los Amigos de la Poesía de La Rioja Baja, su obra poética ha sido premiada en numerosas ocasiones y recogida en antologías como Poemas de mar a mar (2006) y Vida de perros, Poemas perrunos (2007), Encuentros (2008), mientras que su obra narrativa ha sido reconocida en diversos certámenes literarios como el Voces de mujer y el Ciudad de Alfaro, el Villa de Autol o el Esteban Manuel de Villegas de Nájera. Algunos de sus relatos han sido incluidos en el libro Voces de mujer (2006), estando todos incluidos en el recopilatorio  Saga y Anclaje (2008), su primer libro publicado.

Lo más interesante de su labor literaria se produce con la Asociación Amigos de la Poesía de La Rioja Baja, con quienes recorren como viejos juglares los pueblos de La Rioja y Navarra ofreciendo recitales de poesía, dando a conocer la suya propia y la de autores consagrados.






POEMAS


TU NOMBRE

Tu nombre es luz y es horizonte.

Es palabra que muerdo en tu ausencia
y derrama su sabor sobre mi,
y me siento protegido de pisadas
y del olvido penetrado
de sombras y nubes.

¿Qué puedo decir de tu nombre
si en mis labios me duele
por no gritarlo,
si en tu dominio, un instante,
se queda hecho puro sonido,
si de mi pecho emerge la luz
de mi sangre
por robarlo como un beso?

¿Qué puedo decir de tu cuerpo
si tienes el aroma de hojas quemadas,
esa fragancia de frutas entre tus dedos;
si mis manos quedan frías si no estás,
si mi piel, por virtud de tu calor
brilla sin que nadie lo vea;
si mi pensamiento, un momento secreto,
contínuo, mío,
se aposenta en tu pecho
y delicadamente se efunde
en una visita callada a mi paz querida?

Si tu nombre fuera solo un nombre
y no viera en él el sonido del amor,
la letra que mi alma perfila
buscando el dibujo perfecto,
la llamada incomparable de la vida
transfigurada tan solo en una palabra,
el momento necesario,
la atención perdida,
sería el final del sueño realizado
sobre tu luz infinita.

En tu nombre vive la ternura
y en él encuentro la razón de existirme,
porque mueve mi pecho
y me invita a buscar tímidamente
en el corazón penetrado
de rocío oloroso de rosas y silencios,
y me ofrece pasar,
tras la angustia,
a la luz de azul lejanía
de tu mirada.





PIENSO EN TI


Pienso en ti,
y la luz se alarga sin esfuerzo
por la delicada penumbra
de tus besos.

Pienso en ti,
y la música nace de tus senos.

Pienso en ti,
pese al dolor de no verte.

Escúchame en ese silencio tuyo,
entre la espesura de estrellas
que anidan en tu cintura,
escucha como arden las palabras
y escapan como un ave
dejando lejanía en el aire,
en la luz perdida de tus ojos,
en el centelleo de tus labios suspirando.

Pienso en ti,
como una canción precipitada
en viejos mares retirados,
como la brisa cálida y dormida
empuja aquél barco derivando,
echando luz y pena como lágrimas,
respirando el recuerdo cruzado
de destinos ciegos, de sueños traspasados.

Así camina el amor
abandonado al vuelo de tus ojos tristes,
frontera de besos y tequieros
mudos de los labios.

Pienso en ti,
y el tiempo pasa como sombra;
no puedo separar nuestra formas sobre el mar
porque solo soy un hombre
sin más guía que tu recuerdo,
sin más norte que tus besos:
soy de esa clase de hombres que lloran
en silencio.
Escucha mis pisadas bajo la luna
entre un remolino de palabras
que me alza hasta tu oído.

Pienso en ti,
y me asomaré cada noche a tu playa
con la timidez de la espuma.





AQUEL BESO

Nunca, no, nunca  olvidaré aquél beso
saliendo de ti, sin aliento,
una madrugada templada de luz
breve, viva de ti, naciendo.

Alba tinta en azules,
llanura clara, prístina,
tu carne blanca inicial
se desvanecía alegre
ante el espejo.
Y aparecías erguida,
nueva, solo tu,
blanquísima, risa
creciente, uniendo
en el aire una historia
de nubes y tormentas.

Me acabaré sin oírte,
porque es tanto el llanto
estremecido que guardo
secretamente anidado
en mi boca, que tiemblo
como un niño asustado,
sin malicia, cuando
tu llegas silenciosa.

Hermosa como seda derramada,
derramada como agua salada,
salada como lágrimas tristes,
triste como el vacío o el silencio.

Todo lo abarcas en tu desnudez,
cercanía, esperanza, estima,
coraje, calma, angustia, alegría.

Nunca, no, nunca olvidaré aquél beso
saliendo de ti, sin aliento,
uniendo tu vida a la mía,
…naciendo.





SOLEDADES

Un principio sin nombre inmaterial
mundo exterior el tiempo lejano
entreabierto

¿Te acuerdas? Calor prisionero cansado
dolorido de permanecer nacido
sollozo o silencio o alma

He visto en tu soledad un permanente clamor
única verdad en este día
he visto tus lágrimas de plomo anidadas en el silencio inmenso
de una sonrisa callada
de una noche triste y desnuda

Erguida hacia la luz eres perfecta
frágil exquisita como una concha fuera del mar
lánguida indiferente
alta tristeza de luz y de aire transformada
en tu ausencia
en el blanco vacío del horizonte
pura memoria que bate
vertiginosa
un adiós yacente abandonado a lo irremediable
como una pieza rota en su latido inerte
boca muda indefensa
ojo herido en el azul zafiro y constelado
de tu alma estriada

Carne viva y tangible
eco de palabras derramadas por el enorme dolor del alma
pájaro rojo y luminoso que habita
en tu corazón

Pareces un árbol de tierra nacida
una noche de estrellas esperanza dibujada
sobre tus concéntricas ondas
detenidas en el rayo de plata y oro
de tus senos nacarados
de las miradas mías a tu desnudez dolida
que ha dejado ya lejos un inmenso sueño abierto
una delicia
una mañana
un viento
en tus ramas risueñas de verde
vestidas de las innúmeras yemas
que nacen una vez más cada primavera

Y así te existes como una nube silenciosa
en ese instante que todo lo pronuncia
la hermosa palabra del amor
y puedes sollozar libre sobre el mundo
abandonado imprevisto ignorante indefenso
irremediable
y sentir aún más el calor de otro cuerpo
volando silencioso elevado en lo alto de tus brazos
cómo sorprende siempre al beso
y a esa lágrima insistente hecha de risa y de sal

Ternura delicada encendida de luceros
que une y no separa la vívida piel
de mi viejo sentimiento destellante
y no se niega a través del tiempo
del espacio
de la inaccesible separación de luz hermética
marcada por la línea gemebunda
de su tristeza
a darme un recuerdo un nombre un beso
confundido entre la hondura secreta casi ciega
de la noche

¿Te acuerdas?  He visto tus días desde el principio
aún sin nombre inmaterial
y como dos profundas soledades
caminaremos juntos por el destino inmenso
que encierra esta vida entre tus manos

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