BIOGRAFIA
Aficionada a la lectura y posteriormente a la escritura gracias a su participación en varios talleres de poesía, obteniendo como resultado algún premio en su Arnedo natal o en la vecina villa de Autol. Sigue persiguiendo los instantes de felicidad que le proporciona las palabras.
POEMAS
EL VIAJE
Niña levántate. El tren anuncia
puntual su arranque ahora y de su negro
esbozo escupe el humo oxidado
Bajo sus túneles quizás sentirás
latir las sombras que a tu lado van,
quizás sus voces como bruma oirás
y de sus ruegos crecerás muy pronto.
Se atisba ya el peso de la luz
en la roca; una bandada aletea
entre amapolas y los trigos bailan,
la máquina se lanza atronadora
como un paisaje sonoro en la vía,
se curva… se prolonga en líneas de aire:
amor, odio, temor, melancolía,
tierra, casas, prados, hojas caducas.
No tengas miedo al peso de los días
el tren te lleva a besos de futuro,
con otros, sumaras guarismos varios
para así ver distinta la aritmética.
No tengas prisa en llegar al andén
ni caigas en desanimo, recuerda:
el viaje aún con todo bien lo vale.
EN OCTUBRE
Cuando los rayos cansados
en su arduo trabajo de calentar el verano
y las primeras lluvias donen
frescura a la tórrida tierra,
tú y tus gentes, en las mismas arrugadas cepas.
Cuando apenas tienes manos
para arrancar memoria de niña mimada,
entre juegos desdoblados,
tañidos de la ronca trompeta
y ladridos de la vieja Luna,
tú y tus gentes, en las mismas arrugadas cepas.
Cuando el aroma asome entre pámpanos verdes
y el pingüe rosado se esparza en tus manos
con despojos de encanto,
tú y tus gentes, en las mismas arrugadas cepas.
Cuando los ecos regresen de negro
y la bruma, gota a gota aceche la turbia mañana,
balbucearas vocablos sin dolor ni rencor
tal vez, con otro orden,
y tú y tus gentes, en las mismas arrugadas cepas.
Cuando el ciclo se arrastre de llantos primos
a ojos prensados por vino divino,
cuando el cruce de caminos desplegue fronteras
de octubres renovados
¡tú y tus gentes! Siempre, en las mismas arrugadas cepas.
Espero el preciso momento de lanzar mi voz al viento
para posarla ingrávida sobre tu pecho,
tan suave como la brisa de mayo
cuando alborota tu pelo
tan profunda como el olor
a honda tierra mojada
y libre,
siempre libre para alentarte
a recorrer los caminos que precises,
para que atravesando tierras y mares
llegues a descifrar mis secretos
tan sutiles.
Realidad intangible que invade tu reino,
que aspira a traspasar el silencio
inventando un lenguaje
de apagados sonidos de intérprete.
Intimidad reposada en veladas
cargadas de azaroso conocimiento.
Donde adivinar tus espacios,
puede ser una aventura
de encendidas alegrías,
misteriosos goces susurrados al oído.
Donde perseguir una remota posibilidad,
puede arrastrar tus aguas estancadas
hasta aguas más claras
que reflejen cómo tu sombra
se acerca cada vez más.
Soy costumbre tantas veces repetida.
y te arrimas a mi lado
para escuchar mis urdidos sigilos
sabiendo que nunca te harán daño.
Sentados al caer la tarde
en el lugar de siempre,
garantes el uno del otro,
sin pedirnos nada a cambio,
abriremos una brecha al amor
donde poder descansar
tu mundo .… y el mío (que es el tuyo).
PETADO ESTOY DE AMOR
Desmayarse, atreverse, fliparse,
pasarse de vueltas; seguir tu rumbo,
ponerse las pilas hasta pinflarse
y colgarme del pliegue de tu muro.
No hay sosiego ni Twiter bastante
que me sacie hasta coger el punto,
porque petado estoy de amarte
creo que en todo lo demás, dudo.
Abocado estoy hacia tu halo
no me niegues ni el cielo ni el reposo.
Teclea cuanto quieras a mi lado,
aquí te ofrezco mi portal abierto.
Amor, que nos trague la loca aurora
extensos, hasta el ultimo hueso.
ROSA ROSAE
No sé lo que me pasa,
parece que se me abre
la carne, al viento, al sol,
ya…de corola roja.
Es un hecho extraño
no puedo estarme quieta.
Me estiro prolongando
los dedos a alcanzar
la punta al alba clara.
Y más tarde el brazo
izquierdo ya simula
un círculo con gracia.
Me encumbro en mi oficio
y abro todas mis capas
en suave terciopelo.
Me asombra percibir
olor grana que como
ofrenda propago.
Cuantos en mí circundan
me saludan en coro
de gusto más ferviente
y sin falsa modestia
irradio centellante
arcoíris con brío.
No sé lo que me pasa,
parece que se me abre
la carne, al viento, al sol,
ya… de corola roja
Desprovista de savia
y sin ningún rubor
cayó la hoja más grande,
a ella, le sucedieron
las chicas y menudas,
en la tierra febriles
lloraron cristalinas,
y en un réquiem tan bello
apenas un suspiro.
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