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María José Marrodán



BIOGRAFIA


Nace en Logroño. Es Licenciada en CC de la Educación y maestra de  Pedagogía Terapéutica. Trabaja como orientadora en un EOEP de Logroño y Colabora en diferentes medios de comunicación.

Compagina, desde el año 2001, su profesión con la actividad cultural y literaria.

Es miembro fundador de varias asociaciones culturales. Entre ellas esta Asociación y el grupo de recitadores A Tempore. Ha dirigido el Ateneo Riojano desde 2002-2008.

Ha recibido algunos  premios literarios y publicado obras en poesía y en  relato breve: 
    “Imprevisible azul”, libro de relatos breves. Ediciones Hiero & Huerga. Madrid. 2009
    “Desde el corazón @ de la luna.com”, Logroño, 2002 
    “Guantes de extrañeza en las maletas”, Celya, Salamanca, 2005. 
  “El Territorio de los Días” en el libro de los III Premios Literarios APOLOYBACO. Sevilla.2008
   “Por un sutil Instante”. Ediciones de 4 de agosto.2009.

Su poesía  ha sido recogida en diez antologías, la más reciente, “100 balas de plata clandestinas”. Ediciones 4 agosto, 2012. 

Ha coordinado  y editado varios libros culturales. Su última obra coordinada es “El Poder de la Palabra”. Editorial ICCE y Calle de los soñadores. Madrid 2011.  Recopilación de textos e imágenes de autores relevantes como Lorenzo Silva, Julia Navarro, Francisco Brines, cuyos beneficios son para los proyectos de infancia en Haití, a través de UNICEF. 



POEMAS



EN VOZ BAJA 



Que nadie alce la voz con sus riquezas,
no muestre en público su dicha,
no se vanaglorie del sosiego, que,
entre rayo y rayo, le conceden  los dioses.

La calma es un bien muy susceptible,
y la vida un reloj que anda atrasando
los segundos del reposo.

Por eso conviene que a la hora de hablar,
de ondear por bandera la alegría,
de sonreír en voz alta,
de sacar pecho ante la gloria,
o la esperanza, el amor, 
lo hagamos en voz baja y a hurtadillas,
mientras el día no vigila nuestro exceso,
mientras la vida especula en otra frente.




ECLIPSE DE UN POEMA

Ocurre que el tiempo se detiene en una sombra
y obliga al intruso a vagar por ella, a vivir en ella,
a permanecer en sus entrañas.

Entonces sucede que la luz se traslada 
de segundo y de mañana, de continente,
de planeta, de miradas, y, somos 
un verso apócrifo, una materia 
impenitente en medio de la casa
en que vivimos, del sueño que tenemos,
de aquella infancia lejana, 
de ese futuro por llegar.

Ocurre que el tiempo de detiene en una sombra
y sólo somos el eclipse de un poema.




LAS FRACTURAS DE LA VIDA

Del mismo modo que el mercurio al derramarse 
de su cáliz se rompe en mil pedazos, 
y, cada uno,
se vuelve a dividir bajo la huella,
febril, de nuestros dedos, así son
las fracturas de la vida.

Componerlo luego es cosa inútil,
reunir las gotas, agrupar fragmentos,
para después …difícil…
reencontrarnos con aquel utensilio,
—aquellos brazos, sonrisa, circunstancia—
que un gesto antes estaba incorrupto,
impecable. Ahora es un puzzle, un mosaico
que irremediablemente perdió la lozanía,
su entidad, su magia, su futuro.




SI OLVIDA LA MEMORIA SU LUGAR
 A quienes perdieron su nombre en la memoria transida de sus seres queridos.

No es por la tristeza, amor,
ni por el trazo gris que pone el sol sobre los sueños,
ni porque arranque el viento la esperanza,
ni porque se hacen yermos ciertos territorios
como el de los días y el de las promesas.

No es por la tristeza, amor,
No son las gaviotas del olvido,
ni las alamedas de la duda, 
ni por la lluvia derramada en una sílaba, 
ni por la cosecha recogida e inválida
de un agosto cualquiera en el granero.
Ni porque sufran las olas mal de amores,
ni porque esté cada vez más lejano el horizonte.

Es, amor, porque la playa no trajo los nombres
y al ocaso le va faltando cielo
y unas manos mueren  sobre un escritorio
y aquella mujer que tanto conocimos
y que tan bien nos conocía, 
a la que tanto amamos en las cuatro letras
de su maternal nombre,
apagó las luces y cerró la casa
y regresó febril a sus infancias.

Es, amor, porque cerraron 
        de pronto el paraíso.

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